Espero no haberme dejado ninguna 'D' en el tan complicado título. Pero escuchad el tema, porque tiene sentido. Ya ese "dedeísmo", si me permitís la palabra -y no, no es ningún nuevo movimiento artístico-, se anuncia al comienzo de la canción y alcanza su máxima expresión en el éxtasis final, donde el vocalista (o un compañero tartaja) escupe D's a la velocidad del rayo, cuando intenta decir el título y no le sale. La terna italiana Messina-Chieregato-Turatti es la autora de esta magnífica rareza, con un sonido arrollador y una originalidad muy propia de los ochenta. D-d-d-d-disfrutemos de ella.
R.O.C.
Elegancia envolvente con su apoteosis de oclusiva dental sonora, mil veces repetida en varios tonos distintos. Tema adictivo cuando se descubre -y no tarda en descubrirse- lo maravilloso que es.
ResponderEliminarF.J.E.